Entrevistas

Conquistas y desafíos en la producción y uso de evidencias para la promoción de derechos de personas LGBTQIA+ en Brasil

11 Jun 2024

Esta entrevista es parte del proyecto «Resonating voices: Escuchando las voces de los usuarios de evidencias en la región de LAC».  Este se lleva a cabo gracias a la colaboración entre el Hub LAC como ejecutor y Overton como financiador . En esta conversación, el Hub LAC habla con Dayana Brunetto de Brasil.

Dayana Brunetto - Coordenadora Geral de Promoção dos Direitos das Pessoas LGBTQIA+
Dayana Brunetto es profesora, investigadora y activista con Maestría, Doctorado y Posdoctorado en Educación de la UFPR (Universidade Federal do Paraná). Forma parte del Comité Científico de la ANPED – Asociación Nacional de Posgrado e Investigación en Educación. Actualmente, es Coordinadora General de Promoción de los Derechos de las Personas LGBTQIA+ en el MinisteriDerechos Humanos y Ciudadanía de Brasil.

Trabajar en la nueva Secretaría Nacional de Derechos de Personas LGBTQIA+ ha sido una experiencia desafiante y gratificante al mismo tiempo. 

Es la primera secretaría nacional de derechos de personas LGBTQIA+ en el mundo. Esto hace que esté bajo la mirada de diferentes actores, tanto como blanco de ataques, por ejemplo del conservadurismo, como referente para otros países y lugares del mundo. Todo esto porque se trata de una estructura en segundo escalón de gobierno pionera en políticas y cuidados de esta población así como de la transformación positiva de sus vidas.

En nuestra secretaría, enfrentamos una serie de temas prioritarios que impactan directamente nuestro trabajo, nuestros objetivos y principalmente la vida de las personas LGBTQIA+. Uno de ellos es la ausencia o insuficiencia e inestabilidad de los datos disponibles. A pesar de que los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) abordan la orientación sexual, generalmente quien responde es la persona responsable del hogar. Entonces, si se trata de un padre, madre o responsable lesbofóbico/a, por ejemplo, no dirán que la hija es lesbiana, lo que corrobora el subregistro de estos datos.

Otro problema prioritario es el enfrentamiento de los efectos del poder del discurso de odio en la sociedad, especialmente en relación con las personas LGBTQIA+. 

La difusión del bulo de la «ideología de género» ha perjudicado el enfoque de género por parte de docentes e investigadores, llevando a la desvalorización de las investigaciones y a la persecución de profesionales del área, además de incentivar las violencias y la violación de derechos. La «ideología de género» es un discurso mentiroso y criminal, porque promete proteger a los niños, pero en realidad protege al violador. Dado que la escuela puede ser el único espacio con el que el niño puede contar para denunciar las violencias sexuales que sufre en casa. Cuando se eliminan las discusiones sobre género y sexualidad desde una perspectiva de Derechos Humanos en la escuela, también se elimina la posibilidad de algún apoyo al niño y adolescente víctima de violencia sexual.

Uno de nuestros principales esfuerzos es la producción de datos estables y confiables. Por ello, elaboramos un formulario estándar, con preguntas mínimas y alternativas estandarizadas para la recolección de datos sobre personas LGBTQIA+. Este formulario fue aprobado por el Consejo Nacional de Derechos de las Personas LGBTQIA+ y puede ser utilizado por organismos públicos y por investigadores e institutos para recopilar información relevante sobre estos grupos. También estamos trabajando en una nota técnica, con un dictamen, para ser enviada a todos los organismos públicos que recolectan datos, con las preguntas, para que sea implementada. 

No obstante, aún encontramos obstáculos institucionales y, a veces, resistencia por parte de aquellos que no comparten nuestros objetivos y la valorización de los derechos humanos de todas las personas. 

Así mismo, buscamos diferentes fuentes de información y evidencias científicas para fundamentar nuestras decisiones. También trabajamos muy de cerca con el Observatorio Nacional de Derechos Humanos (ObservaDH) y con la Red Nacional de Evidencias en Derechos Humanos (ReneDH), instancias del Ministerio de Derechos Humanos y Ciudadanía (MDHC)

Una de las estrategias que hemos adoptado es trabajar en colaboración con consultorías especializadas. Creemos que estas asociaciones pueden llenar importantes vacíos y proporcionarnos valiosos conocimientos. 

Un ejemplo significativo de investigaciones realizadas por movimientos sociales organizados es el I LesboCenso Nacional, una investigación activista-académica fundamental para establecer una agenda gubernamental concreta, culminando en la creación de la Agenda Nacional de Enfrentamiento a la Lesbofobia y al Lesbo-odio, una colaboración interministerial junto con el Ministerio de Igualdad Racial, Ministerio de la Mujer y el Ministerio de los Pueblos Indígenas. 

Con 21,050 respuestas en todo el país, el censo reveló datos impactantes, indicando por ejemplo que ocho de cada diez lesbianas en Brasil han sufrido lesbofobia. Además, aproximadamente siete de cada diez han sido violadas, con o sin penetración. Estos resultados han impulsado debates y acciones en áreas como salud, educación, seguridad pública, asistencia social y cultura. La fase en curso involucra entrevistas para profundizar en los datos cuantitativos. En la última fase de la investigación se realizará formación política para promover políticas públicas informadas por evidencias. 

También instituimos el Consejo Nacional de Derechos de las Personas LGBTQIA+, con 38 representaciones, 19 de movimientos sociales y 19 gubernamentales. Creemos que la política pública necesita la participación social de quienes están en el territorio en la producción de evidencias. Por lo tanto, establecemos un diálogo continuo entre los movimientos sociales y el gobierno, garantizando que las políticas propuestas sean asertivas, viables y eficaces.

Barreras

Una de las principales barreras que enfrentamos son los efectos del discurso de odio en la sociedad. Este discurso permea diversos espacios, incluyendo la gestión pública, la universidad y la escuela, dificultando la implementación de políticas informadas por evidencias en esta área. Esta realidad es especialmente dolorosa para quienes trabajan con derechos humanos, ya que confrontamos diariamente la negación del derecho a la igualdad y al respeto a la dignidad humana de todas las personas.

Otro desafío significativo es el presupuesto restringido, que impacta no solo la obtención de evidencias, sino todas nuestras actividades. No obstante, incluso con recursos limitados, buscamos realizar capacitaciones, iniciativas y acuerdos que promuevan el enfrentamiento a las violencias contra personas LGBTQIA+ y otras formas de discriminación, así como la valorización de los derechos humanos de estas personas.

La concertación para la producción de datos también se convierte en una barrera, ya que aún existe mucha confusión con los principales conceptos que sistematizan mínimamente nuestras subjetividades, como sujetos LGBTQIA+, además de que nuestra agenda no es consensuada por una amplia gama de actores y actrices políticos. Esta confusión teórica, epistemológica y política, sumada al conservadurismo, moralismo y efectos de poder de los discursos de odio en las realidades territoriales, dificulta la recolección de datos y, en consecuencia, la producción de evidencias y análisis.

Facilitadores

A pesar de estas barreras, reconocemos que existen oportunidades para avanzar en este proceso. Una de ellas es el fortalecimiento de las asociaciones con movimientos sociales, academia y organismos internacionales, que pueden proporcionar apoyo y experiencia en la producción y utilización de evidencias. Además, creemos que debemos buscar alternativas creativas para institucionalizar prácticas informadas por evidencias, incluso ante la falta de apoyo legislativo.

Todavía hay mucho trabajo por hacer para superar estas barreras y garantizar que nuestras políticas sean informadas por evidencias sólidas y dirigidas a las necesidades reales de la población. Creemos que, con un enfoque colaborativo e informado por evidencias, podemos lograr avances significativos en la promoción, protección y defensa de los derechos y en el enfrentamiento de las violencias, violaciones de derechos y desigualdades.

En relación con los/as investigadores/as, es importante que establezcan un diálogo efectivo con las personas y comunidades afectadas por el tema de investigación, incluso si no forman parte necesariamente de ese grupo. No es necesario ser un sujeto específico para investigar sobre un determinado asunto, pero es esencial escuchar y comprender las experiencias y perspectivas de las personas involucradas. Los/as investigadores/as deben estar abiertos/as y receptivos/as a los cambios y movimientos de la sociedad, adaptándose y aprendiendo con esas transformaciones continuas. 

También existe la necesidad de colaboración entre investigadores/as y tomadores/as de decisiones en todos los niveles, desde el federal hasta los niveles locales, para garantizar que las políticas y decisiones estén informadas por evidencias sólidas y relevantes. 

Para los/as tomadores/as de decisiones, es necesario que haya un compromiso ético-político de ofrecer servicios públicos de calidad y una atención ética para todas las personas. Esto debe ocurrir mediante el profesionalismo, independientemente de las creencias personales de los/as tomadores/as de decisiones. Además, es importante la formación adecuada de los/as profesionales involucrados/as en políticas públicas y la necesidad de escuchar y considerar las evidencias y experiencias de los/as usuarios/as de los servicios públicos para garantizar equidad. Las decisiones tomadas deben estar informadas por evidencias y respetar los derechos humanos de todas las personas.

Es de suma importancia no violar los derechos humanos y considerar las profundas consecuencias de actos discriminatorios, como exclusiones, bromas ofensivas y miradas de desprecio, que pueden tener impactos graves, incluido el suicidio. Por lo tanto, es crucial promover y proteger los derechos humanos en todas las acciones y decisiones. 

Como defensora de las «pequeñas revoluciones», creo en la importancia de transformar espacios y grupos de manera gradual y constante. Nuestra Secretaría tiene el compromiso de dejar un legado positivo, y creo firmemente que invertir en evidencias y datos es fundamental para lograr este objetivo. Es una tarea desafiante, pero estoy decidida a seguir adelante, luchando por un futuro justo e igualitario.


Contacto del entrevistado: dayana.brunetto@mdh.gov.br